VERDADERO ORIGEN Y PROCEDENCIA DEL NOMBRE
FIN DE LA LEYENDA DEL MILITAR DE LOS TERCIOS DE FLANDES
Aguilar de la
Frontera y Pedro Ximénez de Varo
El tercer señor de Aguilar vivió
durante el reinado de Alfonso XI (1312-1350). El Estado de Aguilar era un
Estado opulento y fundamental en la lucha contra el enemigo musulmán, enclave
estratégico y frontera con el Reino de Granada. Nos situamos en ésta fecha
porque es en ella donde el primer “Varo” llega a Aguilar tras la política de
repoblación castellana de las tierras reconquistadas y tras el último gran rey
reconquistador, que era Alfonso XI, enterrado en San Hipólito de Córdoba, construido
por él mismo para conmemorar la Batalla del Salado y donde también yace nuestro
gran Alonso de Aguilar.
La repoblación de las zonas
conquistadas estaba siendo muy problemática en el siglo XIII. Solo se
repoblaban las grandes ciudades y las cabeceras de comarcas agrícolas como
campiñas, vegas, etc. Para resolver el problema en zonas rurales se procedió a
los repartimientos de tierras, como fue el caso de Aguilar, a militares que se
habían distinguido en las conquistas. En esta época los repobladores en Córdoba
procedían de Burgos, León y Toledo. Aragoneses, portugueses, navarros y
aragoneses, fueron a Sevilla y a la Bahía de Cádiz, pero eran apenas un
reducido número comparado con los castellanos venidos a Córdoba. Aun así, en
las zonas rurales, los repobladores eran militares. Tal era el caso de Aguilar
situada en la frontera con el enemigo.
Por el año 1327 se repobló
Villalba del Alcor en el actual Condado de Huelva y se incentivó el cultivo de
la viña que habían ya iniciado los campesinos en la zona de Niebla, dando
origen a los vinos del Condado de Huelva. Aquella zona reconquistada y
repoblada gozaba de una paz que Aguilar todavía no tenía.
En 1328-1330 se produce el asedio
de Teba donde Teba y Olvera estaban en primera línea de batalla y se mantenían
en segunda línea Aguilar de la Frontera junto con Estepa, Osuna, Puebla de
Cazalla, Morón de la Frontera, Montellano, Villamartín, Arcos de la Frontera,
Jeréz de la Frontera, Medina Sidónea y más atrás Chiclana, Conil y Vejer.
Alfonso XI contaba con el apoyo de la segunda línea en hombres y víveres.
¿Quién podría ser repoblador de Aguilar si no se era un avezado castellano
militar?
De 1342 existe una escritura en
el Archivo de la Catedral de Córdoba por la que Alfonso XI hace un
repartimiento de tierras en Aguilar de la Frontera y entre ellos estaba Pedro Ximénez
de Varo. Un año más tarde, muerto el tercer señor de Aguilar, su hermano Fernán
González de Aguilar, vence a los moros en la Batalla del Río Yeguas y en la que
sus militares aguilarenses se distinguen en la contienda y entre ellos, Pedro
Ximénez de Varo, que entonces ya era vecino de Aguilar.
La Batalla del Salado había sido un
par de años antes en 1340 en la que Aguilar estuvo muy implicada, pero no
tenemos constancia si Pedro Ximénez estaba ya al servicio de los Aguilares.
Tampoco sabemos si Pedro Ximénez estuvo al servicio de Alfonso XI en los que en
aquellos años llegó cinco veces hasta el Campo de Gibraltar. Lo que sí sabemos
es que en 1340-41 el rey, sitió Alcalá la Real en las puertas de Granada y
repobló Aguilar, Priego, Anzur, Monturque, Montilla y Cañete.
La contienda del Rio Yeguas tuvo
lugar en 1343 y se distinguen los aguilarenses, entre ellos Pedro Ximénez de
Varo. Todavía falta un poco de tiempo
para que lleguen los Fernández de Córdoba al Estado de Aguilar, por lo que los
Varo, son anteriores en Aguilar a la llegada de éstos. Aguilar aparece ya como
un municipio consolidado y con competencias. En 1350 el alcalde Juan de
Párraga, tenía competencias en conocer los Pleitos de Hidalgía, con las
exenciones que ello implicaba, por consiguiente Aguilar ya debía estar
consolidada como municipio de cierta importancia.
Pedro Ximénez de Varo es un
militar o caballero castellano procedente de Losa Fita, de la merindad de Losa
en Burgos. De allí procede su casa solariega y nos ha llegado intacto su escudo
de armas, que cuelga en muchas de las casas de los Varo, en Aguilar, de padres
a hijos. A partir de 1340 con la muerte del tercer señor de Aguilar sin
dinastía, corren treinta años hasta la nueva venida de los Fernández de
Córdoba. En estos años Aguilar pasa a manos reales y a Fernández Coronel y es
codiciado por Bernat Cabrera. Son años complicados en los que presumimos se
salva el militar Pedro Ximénez por motivos de la edad. Asentado en Aguilar y
dedicado a las labores de la tierra, el primer Varo consolida su casa y su
familia siendo uno de los primeros repobladores castellanos de Aguilar de la
Frontera.
Con el noveno Señor de Aguilar,
Don Pedro Fernández de Córdoba ( 1441-1455), nos volvemos a encontrar a
descendientes de Pedro Ximénez de Varo como militares integrantes del ejército
del Estado de Aguilar, haciendo incursiones contra los moros en la zona de
Antequera. Éstos eran Fernán Ximénez y Alonso de Varo, entre otros soldados
aguilarenses, que da idea de la tradición militar de los Ximénez Varo y del
asentamiento de su casa en Aguilar como propietarios de tierras de labor.
Ya en tiempos del gran Alonso de
Aguilar, los militares Varo integraron su ejército. Así nos consta en la
Batalla de Martín González en la que Don Alonso mató a Aliatar, suegro de
Boabdil el Chico, uno de los integrantes del ejército de Don Alonso era Miguel
de Varo. También en el asedio de Granada que terminó en 1492, militaron muchos
vecinos distinguidos de Aguilar formando parte del ejército de Don Alonso de
Aguilar, entre ellos Ruiz Sánchez de Varo, Pedro Ximénez de Varo, Juan Ximénez,
a los que se los hizo un nuevo repartimiento de tierras como aparece en 1493
expedido en Alcalá la Real y cuyo pergamino se conserva en el Ayuntamiento de
Aguilar, en la zona del Arroyo de Albornoz, Atalaya y en el Cerro de Buenavista
en el término de Aguilar.
A partir de 1505, el Marquesado
de Priego en su política de compras de tierras para la formación de su
latifundio inmobiliario, compra muchísimas propiedades y entre ellas, compra
diecinueve fanegas de viña, en el término de la actual Montilla, al aguilarense
Pedro Ximénez de Varo, sobre el primer tercio del siglo dieciséis o a mediados
del siglo dieciséis.
Los tercios de Flandes son
creados por Carlos I para el mantenimiento de las provincias de Centro Europa,
precisamente a mediados del siglo dieciséis.
Una vez referenciadas estas notas
históricas, entroncamos con la leyenda de la variedad de uva Pedro Ximénez, tan
popular e importante para nuestra zona. Cuando se habla de la historia de
nuestros vinos Pedro Ximénez, cada erudito aporta una nueva leyenda que a base
de no ser desmentida, se convierte en una nueva pura invención. Así, circula
que un militar de los Tercios de Flandes, llamado Pedro Ximénez, se trajo de la
zona del Rhin unas cepas en su zurrón a nuestra zona y ese es el origen de la
variedad de nuestras cepas actuales. Muchos autores , como García de Leña
(1972), Masdeu (1783) y González Gordon (1948) apoyan esta tesis que no es
compartida por Viala y Vemorel (1910), Pullita Rovasenda y algunos más, quienes
opinan que las características morfológicas y ampelográficas de la Pedro
Ximénez en nada se parecen a las de las vides cultivadas en los valles
alemanes. Basta recorrer los extensos viñedos del Rin de Mosela y observar la
morfología de las variedades que allí se cultivan y de sus racimos para
concordar con la idea menos viajera.
Pero la uva Pedro Ximénez es sin
duda una variedad nacida en el sur y mediterránea, según edafólogos y técnicos.
Pero continúan algunos eruditos dando rienda suelta a su imaginación sobre la
procedencia. Incluso profesores de la Facultad de Filosofía de Córdoba, han
encontrado notas sobre esta uva publicadas en el siglo XV, lo que da al traste
definitivamente con la leyenda del soldado español de los Tercios de Flandes. Parece que a partir de los comienzos del siglo XVI la variedad de uva Pedro
Ximénez se extendió por el sur de la provincia de Córdoba desplazando por sus
excelentes cualidades a otras cepas. Enrique Garramiola en un libro de
Escribanía Pública de Diego de Aguilar, fechada el 3 de Abril de 1574. Dice
así: “Ante los licenciados Alonso Cabrera y Santa Cruz, abogados, y Gaspar Díaz
de los Reyes, vecinos de la villa de Montilla, Antón Ximénez Toledano, se
obliga a entregar a Juan de Vera, mercader, que está ausente, ambos también
vecinos de dicha localidad, veinte y cinco cargas de uva Pedro Ximénez, de la
cosecha del presente año, al precio que rija en Montilla por el día de Nuestra
Señora de Septiembre venidero”. Es decir, hay apuntes de historia por todos
lados en los que se indica que en la zona se cultivaba la vid desde hacía mucho
tiempo, de la mano de los repobladores castellanos.
Tal vez ha llegado ya el momento de publicar que Pedro Ximénez no es un
soldado anónimo. Pertenece a una familia de Aguilar muy conocida y cuya sangre
circula mezclada con otras por casi todos los aguilarenses actuales. Se trata
del primer Varo que llega a Aguilar, llamado Pedro Ximénez de Varo. Durante
varias generaciones se mantuvo el mismo nombre de Pedro Ximénez de Varo y
durante varias generaciones fueron militares. Fueron dueños de tierras y
conocimos su dedicación a la viña. No es extraño que en la leyenda algunos
detalles coincidan con la realidad. El que da el nombre a nuestra variedad de
Pedro Ximénez, era militar, cultivó viñas y tal vez alguno de sus miembros
estuviera alguna vez en los Tercios de Flandes, pero mucho antes ya cultivaba
sus propias viñas en sus tierras repobladas de Aguilar. Es más fácil pensar que
algún familiar de los Pedro Ximénez de Varo trajera las cepas del sur, en sus
correrías por el Condado de Huelva que del Rhin.
Esta es una reseña, con cariño, para todos los Varo. Espero que os guste.
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