sábado, 7 de mayo de 2011

La Paloma





Y la larga noche dio paso al despuntar del alba. Madrugando más que el sol subí a la terraza para ver sus rubios rayos iluminando la veleta de la torre del reloj. La cigüeña crotora y la paloma zurera se desesperezaban batiendo sus alas en la fresca mañana. Aguilar se despertaba plácido con aquella brisa primaveral y una paz calma se esparcía entre las casas como un maná regalado del cielo. La paloma alzó su vuelo y dueña del lugar visitó las casas vecinas. También la mía. Y prosiguió su camino, su senda, su día… Nuestra Agrupación Romera La Paloma, ya cumplió sus bodas de plata. Mi pensamiento se trasladó a nuestra agrupación de amigos romeros. ¿Qué me quiso decir la paloma en su visita? Y recordé la canción… “En su pico, lleva flores; en sus alas alegrías y en su corazón, amores”. Y así, cumpliendo años y las fuerzas mermadas, caminamos juntos, ya sin Bernardo Claros. Se nos fue un día sin avisarnos para no volver, pero nos quedó su huella. Y el camino de La Paloma, son sus huellas… y nada más. Un día nos unió ese camino por la vida y por ahí caminamos juntos. Ya no somos amigos, no. Somos familia. Cuando nos juntamos ya habían nacido nuestros hijos, pero nos crecieron juntos en el camino. En ese camino, los estamos casando, están naciendo nuestros nietos. En ese camino de nuestra vida nunca vamos solos. Siempre vamos acompañados. En los malos momentos y en los buenos. ¿Cuántos son los días de campo y piscina que pasamos juntos al cabo del año? Pero la amarga realidad nos hace mella en la piel de vez en cuando. Es ahora nuestro Varo y Mary los que pasan por sus momentos de ausencia y ello nos entristece. Nuestro Manolo Varo es muy querido por todos nosotros por su bonhomía. Es noble, honrado, bondadoso, sencillo y afable. Eso lo sabe todo el pueblo. Pero para nosotros es algo más. Es nuestro amigo al que queremos mucho. Y nuestro Presidente aunque ya no ejerza como tal. Y es además el más mariano de todos. Por ello sabemos que a los dos les acompaña la Virgen de los Remedios. Pero hay que continuar el camino. Ahora la Paloma lleva un ramillete de flores nuevas en su pico, son Azahara, Manoli, Miguel y señora y Francisco Palma. Y seguimos haciendo juntos el camino de la vida.
En el camino nos encontramos con amigos entrañables como Pepe y El Pelu con sus familias. También ellos han tenido pérdidas en su caminar. Son los de Alegría Romera. Fieles a nuestro compromiso, la Agrupación Romera La Paloma, es y ha sido abierta a todo el pueblo de Aguilar. Cada día ensanchamos nuestra casa con nuevos yernos y nueras que son nuevos hijos en nuestra caseta de hermandad. También nuestros nietos empiezan ya a ser un número importante y ello nos ensancha el corazón. Por eso nuestra Paloma, en sus alas, sigue llevando alegrías. ¿Y en su corazón?
La mañana se torna fría. Los rayos han iluminado el cielo pero la brisa fresca me enfría la piel. Miro por doquier buscando la paloma. Solo los gorriones gorgojean. Ya ha llegado el nuevo día. En la lontananza diviso un ave que viene a mi terraza en dirección a la Torre. Es la paloma. Antes de que desaparezca le grito… ¿Y en el corazón Paloma?... Y una voz de arrullo me dijo: ¡ Amores ¡
Y esa es mi Agrupación Romera de La Paloma. En el pico lleva flores, en su alas alegrías, y, en su corazón… amores.

Remedios Varo



Naturaleza muerta, de Remedios Varo (arriba)


REMEDIOS VARO
Existe una ley natural que es la ley de los contrarios.
En el mundo existe el bien y el mal. Es el yin y el yan de la cultura china. Esta dualidad entre el bien y el mal, entre el yin y el yan, genera en el hombre un sufrimiento inevitable al caminar entre estas dos dicotomías.
Los pensadores del mundo siempre se preguntaron por el origen y el destino del hombre, pero también se preguntaron por los componentes del cosmos y por las sustancias esenciales del cuerpo humano. Las culturas antiguas coincidían en señalar al fuego, agua, aire y tierra (*) como elementos primigenios que constituían la materia y el organismo y ello, unido por la armonía del yin yan, en China; o por el equilibrio de fuerzas vitales, en la India; o por la equidad o isonomía entre las sustancias que integran la materia, en Grecia.

Para Remedios Varo, dos seres distintos que se contemplan, dos símbolos que forman uno, la integración de dos realidades distintas en la unidad, es el tema que encontramos en toda la vida y obra de esta pintora.

Ante un mundo en guerra en 1914, ante el conservadurismo de las clases asentadas que se acomodan con la insensibilidad de los problemas de los otros, ante lo políticamente correcto que no significa lo justo, nace con fuerza un movimiento arrollador, precursor tal vez, de otros mas tardíos como los hippies, rock, o el mayo del 68 francés. Es el nacimiento del surrealismo. Anteriormente el cubismo se había preocupado de distorsionar las formas haciéndolas cubos. En Alemania nace el expresionismo en el arte que trata de retorcer las conciencias psicológicamente. El arte abstracto da libertad a las formas y al color. El arte por el arte, tiene en el dadá ser objeto de la provocación. Pero es el surrealismo quien pretende la liberación del espíritu para soñar con una nueva sensibilidad en el mundo.

Esta pintora surrealista quiso decir al mundo con su pintura que existe una forma de encontrar la armonía en este mundo de contradicciones y difícil de entender, y que a pesar de que vemos un caos universal, existe una ley natural y es que dos polos opuestos se atraen y pueden unirse en un equilibrio de fuerzas y de paz.

Remedios Varo Uranga, una descendiente de D. Rodrigo de Varo, el aguilarense que construyó Las Descalzas, la joya del plateresco cordobés, ¿Quién iba a pensar que fue una de las creadoras del principal movimiento de vanguardia del siglo XX, el surrealismo?

¿Qué tiene que ver Aguilar de la Frontera en estos movimientos de vanguardia tan influyentes en nuestro mundo actual?
Hace ya veinticinco años por lo menos, nuestra tía María del Valle Baena, esposa que fue de nuestro tío, Rosauro Varo de Castro, con su habitual simpatía comentaba a la familia que había un abogado americano que estaba buscando a unos Varo, de Aguilar de la Frontera, para donarles una herencia importantísima de una Varo que había muerto en Méjico, riquísima, y que era pintora.
(*) Madera, agua, fuego, tierra y metal, en China, unidos por el yin yan en armonía.
Éter (vacío), viento, agua, fuego y tierra, en India, unidos por el equilibrio de fuerzas vitales.
Fuego, aire, agua, tierra, en Grecia, unidos en isonomía cuyo significado implica equilibrio, equidad, armonía y democracia.
Andando el tiempo otro descendiente de los Varo, Francisco Cabezas Calvo-Rubio, encontró un libro, “ Remedios Varo, en el centro del microcosmos”, que dio verisimilitud a lo que decía la tía Valle.
Remedios Varo sentía una especial predilección por sus antepasados de Aguilar de la Frontera, regidores de Aguilar. En su casa le gustaba hojear un manuscrito en el que se relataba la historia de la familia Varo. Este manuscrito que heredó de su padre, se perdió al estallar la guerra civil. La influencia de este libro se hace notar en su óleo “El Relojero o Revelación” cuyos personajes se encuentran vestidos de época dentro del reloj. La historia de Rodrigo de Varo y Antequera ejercía una especial fascinación sobre Remedios. Este libertino y converso después, fundó el Convento de las Carmelitas Descalzas en Aguilar de la Frontera, y Remedios, como heredera directa, podía entrar en el convento sin dote, cosa que le pasó por la cabeza en algún momento de ebullición ideológica. En el óleo “Hacia la Torre” se ve un convento del que sale Remedios con otras muchachas guiadas por la Madre Superiora. El guía masculino puede ser su antepasado D. Rodrigo de Varo, según su sobrina, autora del libro de su biografía. En otro cuento, Remedios Varo se transforma en la Beata Rodriga de Varo y de Antequera, recordando a su héroe familiar. Así, se pierden en el tiempo D. Rodrigo de Varo y Ruiz de Aguilar, D. Rodrigo de Varo y Carmona, D. Rodrigo de Varo y Antequera, D. Rodrigo de Varo y Fernández de Toro, D. Rodrigo de Varo y Varona, D. Rodrigo de Varo y Núñez de Prado, D. Juan Varo, D. Rodrigo de Varo y López Cerezo, D. Luís de Varo y Crespo de León, y, D. Rodrigo Varo y Zejalvo, su padre. Por lo tanto pertenece a la rama de los Varo que se une a los Barahona de Soto (Varona), de Cabra, en el siglo XXVII, hasta el punto que su padre y su abuelo son de Cabra. Esta predilección de Remedios por sus antepasados de Aguilar tiene mucho que ver con su propia personalidad.

En nuestra familia, el carácter de los Varo, siempre ha sido tema de conversación para los que no somos Varo de sangre, sino consortes. Por ello, cuando leía el libro de Remedios Varo y sus cosas, estaba reconociendo a un carácter Varo que me es muy familiar. Por eso, cuando Remedios Varo estudiaba en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, en 1924, con profesores de la talla de Julio Romero de Torres y Garnelo entre otros, y un tal Dalí, con pulsera en el tobillo y estrafalariamente vestido, tocaba la ocarina en el patio, todas las niñas se apiñaban alrededor de él, excepto Remedios, ella tenía demasiada personalidad para eso. Remedios decía que los cuadros de Dalí estaban mal de perspectiva y no simpatizaba con él a raíz desde una contestación impertinente que le dio Dalí. Nunca le gustaron las extravagancias de su compañero. Sin embargo siempre admiró a Picasso como pintor. Esta personalidad un tanto rebelde, de carácter idealista, bromista e irónica, salada, con mezcla de ternura , con mezcla de herejes y conversos, de divertidos y sombríos, capaces de la mayor generosidad y del mayor rencor, de grandes luchas internas, pero de porte frío y distante, muy capaces, perfeccionistas,… estamos hablando del carácter de los muchos de los Varo de mi familia. Y Remedios les tuvo predilección sobre sus otros orígenes. No podía ser de otra manera. Ella era una Varo.

El Gobierno de Méjico, se adueñó de toda la obra de Remedios como patrimonio nacional y aquí empieza la varomanía. Remedios Varo se convierte en Méjico en todo un referente del surrealismo, avalado por pertenecer al grupo creador del surrealismo de André Breton y ser la compañera de Benjamín Peret, con quién convivió en Méjico. En Méjico, Remedios Varo, Leonora Carrington y Frida Kahlo, son el referente del arte moderno del siglo XX.

Así, esta mujer que nace en 1908 en Anglés, Gerona, vive en Algeciras, Larache, y reside en Madrid, donde estudia Bellas Artes, viaja a París donde vive en varias ocasiones, se instala en Barcelona y vuelve a París y tras el estallido de la guerra sale para Méjico, viajando a Venezuela, pero regresando a Mejico hasta su muerte en 1963, se sintió siempre del origen de los Varo de Aguilar de la Frontera.

Una mujer adelantada a su tiempo, con personalidad fuerte, que no dejaba indiferente a nadie, que sobresalía en la escuela como dibujante, que no dejaba impasibles a los hombres en su bohemia de París, que anhelaba la paz como nadie, que no se vendía a ningún postor, que siempre fue ella, menuda, frágil, apenas con 50 kilos, pero de una personalidad arrolladora, con la ternura de cuidar a sus muchos gatos, e incluso alimentar a escondidas con queso a los ratones que otros envenenaban, rebelde, liberal, y consciente de que existe una ley natural de los contrarios. Solo así, he podido empezar a comprender el arte moderno de hoy con su corriente surrealista: El mundo podemos empezar a entenderlo si creemos y entendemos que del caos puede surgir la armonía china, el equilibrio de fuerzas vitales india, el equilibrio griego. Así hay mucha gente que ante lo incomprensible del mundo y de los hombres, podrá llegar a tener esperanza. Así nos lo expresan muchos artistas a los que decimos no entender.

Esa es Remedios Varo. No ha sido reconocida todavía en España, pero lo será. Es una pintora de la talla de los grandes. Compañera de Miró, en París, de Dalí en Madrid, perteneciente al grupo creador del surrealismo de André Breton, esposa o amante de Benjamín Péret, felina en busca de la paz huyendo de dos guerras hasta recalar en Méjico en busca de una vida tranquila donde pueda al fin decir al mundo con su pintura perfecta, yin, y con su expresión surrealista, yan, que existe una armonía y una paz. Dos realidades distintas, pueden unirse en una sola unidad, que nos dará el equilibrio. Y eso es una gran esperanza para muchos hombres.

Aguilar debe dar reconocimiento a quién siempre alardeó de su origen aguilarense a través de su apellido Varo. Nació Varo, se sintió Varo, y ejerció con nuestro carácter Varo. Y fue muy grande. De las más grandes de la pintura del siglo XX. Ahora me viene a la memoria aquella frase castellana de “Dios, que buen vasallo, si tuviera un buen señor”. Pues a nuestro Ayuntamiento le corresponde ser el señor que hará que Remedios Varo empiece a ser en España, un buen vasallo. Una gran pintora. El Gobierno de Méjico, lo sabe y se apoderó de toda su obra.

NOTA: Libro: Remedios Varo en el centro del microcosmos. De Beatriz Varo, editorial Fondo de Cultura Económica-
Internet: Cientos de miles de referencias, con Remedios Varo.



UN MUNDO FEÉRICO

Érase una vez un hombre que vivía en Aguilandia y al que la diosa Fortuna le regaló un preciosísimo nieto. El hombre se había acostumbrado a no tener buenas nuevas y por ello aquel regalo, le hizo ser el hombre más feliz de la tierra.

Desde el principio, como los bebés no nacen hablando, tuvieron que desarrollar un sistema de comunicación a través del tacto de las manos y sobre todo, con la mirada del alma. De ésta manera, el abuelo le contaba sus cosas al nieto desde que éste era muy pequeñito y así se entendían los dos. Al principio el nieto solo decía, ajo. Pero poco a poco fue diciendo, pa, pa, pa,… y, ma, ma, ma,… y otros sonidos de diferentes notas musicales que para el abuelo eran la partitura de la felicidad.

Un día, ya contaba el bebé con nueve meses, estando el abuelo de guardián de sus sueños, oyó en la habitación una musiquilla encantada que le llenaba de emoción. Entreabrió la puerta y se llevó una sorpresa mayúscula. Toda la habitación estaba iluminada por rayos mágicos de luz que salían de la lámpara del techo y reverberaban en las paredes y suelo del dormitorio. Por el tobogán de los rayos bajaban pequeñas criaturas vestidas con trajes de colorines y se deslizaban entre risas y al son de mágicas notas musicales. Carlitos, así se llamaba el niño, con su mirada del alma, encandilada y alegre, dijo:
- ¡Mira abuelo! Y señaló con su dedito a un personajillo con sombrero de fieltro verde y ropas aterciopeladas del mismo color. – Se llama Amore y es mi amigo.

El abuelo no podía creer lo que estaba viendo con sus propios ojos. Amore, no era más que un personajillo de unos pocos centímetros que se movía con una agilidad difícil de imaginar. Amore dijo:

- ¡ Hola abuelo ¡ Soy Amore y he venido con todos mis amigos a jugar con Carlitos. Te los voy a presentar.

El abuelo, mudo, sin habla, no podía articular palabra aunque quisiera. Miraba a su nieto y éste con su mirada del alma le dijo:

- Tranqui, tronco. Me lo estoy pasando chupi.
Amore, de un salto, se subió en lo alto de un rayo mágico donde estaba otro personajillo con alas que solía volar por la habitación, dejando en su vuelo una estela luminosa de polvo de estrellas.

- Abuelo. Ésta es el Hada de la Harmonía. Toda la música que escuchas, la escribe ella con su varita mágica y cuando las notas son llevadas por el viento, se convierten en sonidos musicales y suenan en todos los lugares alegrando el alma de las gentes que las escuchan.

El Hada de la Armonía revoloteó por la habitación en un mágico vuelo y se posó en la frente de Carlitos que yacía en la cama, mirando al techo. Con la varita mágica escribió en el aire un montón de notas musicales que cogidas unas a otras de la mano jugaban al corro dando vueltas y vueltas, e interpretando la más bonita cancioncilla que el abuelo jamás había podido escuchar. Carlitos, con su mirada del alma le decía al abuelo lo bien que se lo estaba pasando, mientas decía con un dedito en la boca, pa, pa, pa, pa,.
Amore cogió de la mano a otra criaturita de aspecto humano y de mayor estatura que él.

- Mira abuelo. Este es el Duende de los Buenos Sueños. Te habrán dicho que los duendes de los dormitorios provocan pesadillas. Pero no tienes que creer todo lo que te dicen, ya lo ves. Gracias a él Carlitos duerme tan bien.

El Duende de los Buenos Sueños traía cogidas al cinto unas bolsitas llenas de algo. Ante la curiosidad del abuelo, el duendecillo cogió una de ellas y dijo:

- Ésta bolsita contiene raíces de sueños. Esta otra contiene espumas de sombras. Esta otra contiene bálsamo de angustia. Y ésta otra contiene perfumes de melodías y compotas de sosiego. Así voy espolvoreando en la habitación lo que el sueño de tu nieto necesita.

Amore bajaba enloquecido por otro rayo mágico trayendo asido de la mano a otro duendecillo.

- Mira abuelo, Éste es el Duende de los Besos.

Pero el abuelo no entendía nada. Adivinó que las bolsas que traía al cinturón tenían escritas otras letras que decían: Polvos de besos fingidos, polvos de besos robados, polvos de besos ausentes, polvos de besos tibios, polvos de besos heridos… Amore le dijo al abuelo que el Duende de los Besos tenía remedio para todos los besos enfermos. Por eso Carlitos crecía tan amorosamente feliz.

El abuelo estaba un poco abrumado. Un duendecillo que decía llamarse el Guardián del Bosque, preguntó al abuelo si había visto al Arquero de los Sentidos. El abuelo, sin habla, escuchó que le decía:

- Es que tenemos que sembrar los amaneceres y me temo que el Arquero, esté codiciando alguna caricia, perdido por ahí.

Una abeja poeta recitaba revoloteando un poema de Vicente Núñez: Cinias de oro o alhelíes cárdenos, no fulgen en Poley….. De otro rayo mágico que le pasó rozando la cara al abuelo, bajaban alegres un grupo de corazones enamorados que traían atrapado los desquicios de un anhelo. Todos fueron a estrellarse contra la pared produciendo sonrojos de sonrisas, que adornaron aquel dormitorio. Otros duendecillos decían ser guardianes de las plantas y de los animales. Otros tenían alas en forma de emoción. Otros decían ser sanadores de la deslealtad. Otros decían ser ecos de la sonrisa. Otros esencia de la generosidad. Otros satén de la esperanza.

Sin saber cómo, el abuelo apareció sentado en su sillón del salón de estar. Estaba un poco trastocado. Pensó que todo pudo ser un agradable sueño. Pero algo no le cuadraba en su mente. Pensaba que los duendes eran traviesos y maliciosos, así al menos creía todo el mundo. Además él conocía la teoría estética del misterio de los duendes, que utilizaban los cantaores y artistas cuando hacían una interpretación subliminal. El abuelo trató de rebuscar en su biblioteca y halló a los teoréticos, que hablan y hablan... y hablan. Halló a quienes decían que una obra inspirada por el duende nos comunicaba la esencia del mundo. Halló a quien encontró los duendes en los sonidos negros. Halló a quienes encontraron en los misterios las raíces profundas ignoradas en donde se encuentra una esencia que solo sale con el duende. Así, el abuelo encontró a los que decían que el duende es un poder misterioso que todos sienten pero que ningún filósofo explica. También encontró a los que decían que los duendes eran criaturas mitológicas y a los que les calculan su popularidad en mitos celtas y nórdicos.

El abuelo se abrumó del todo. Sentado en su viejo sillón pensó en el suculento manjar del olvido. Y solo así, se fue tranquilizando.

De pronto, se sobresaltó pensando que no sabía como dormía Carlitos. Se izó de un gran salto y subió jadeante las escaleras. Abrió la habitación y una gran algarabía de mágica luz y música alegre inundaba aquella estancia. Carlitos jugaba alegre con personajillos vestidos con trajes de colores y entre risas, todos miraban al estupefacto abuelo.

Uno de ellos se le acercó, decía ser de la raza feélica y de nombre, Amore. Amore le entregó al abuelo una botella de vidrio negro y le dijo:

- Abuelo, busca en la noche de San Juan una planta llamada Cardo Santo. Solo crece en esa noche mágica. La metes en ésta botella negra y la tapas porque no puede dar la luz a la planta. La tienes así toda la noche y por la mañana, la destapas y saldrá tu duende. Él te hará tu vida más agradable. Será tu entrañable amigo y tu sirviente más fiel.

Carlitos le sonrió con la sonrisa más grande que podía regalar a su abuelo y el Arquero de los Sentidos disparó a éste una flecha de paz y sosiego que se le clavó en su hombro. El abuelo cayó en un profundo, pero que muy profundo, sueño.

Al día siguiente, el abuelo estuvo despistado todo el día. Dicen que desde entonces articula palabras muy raras y se ríe demasiado. Pero dicen que cuando está con su nieto se ríen mucho los dos. Pero la verdad es que desde entonces, el abuelo es muy feliz.

Queridos amigos. No creáis nunca nada de lo que os dicen. Yo me voy a mis números.

Cuando venía aquí, un niño me ha regalado esta botella. ¿Porqué lo habrá hecho?... El caso es que…, entre la zarzaparrilla que encontré en la Laguna de Zóñar, creo que puede ser …¿Cardo Santo? … Bueno, no se, creo que iré y lo veré. Creo que sí… es Cardo Santo.

También me ha regalado ésta bolsita.

Dice ramitas de hojas dulces de cariño, rellenas de amor con fresas y con glasa de deseos amables.
Es para vosotros. De vuestro amigo, Amore.