

Naturaleza muerta, de Remedios Varo (arriba)
REMEDIOS VARO
Existe una ley natural que es la ley de los contrarios.
En el mundo existe el bien y el mal. Es el yin y el yan de la cultura china. Esta dualidad entre el bien y el mal, entre el yin y el yan, genera en el hombre un sufrimiento inevitable al caminar entre estas dos dicotomías.
Los pensadores del mundo siempre se preguntaron por el origen y el destino del hombre, pero también se preguntaron por los componentes del cosmos y por las sustancias esenciales del cuerpo humano. Las culturas antiguas coincidían en señalar al fuego, agua, aire y tierra (*) como elementos primigenios que constituían la materia y el organismo y ello, unido por la armonía del yin yan, en China; o por el equilibrio de fuerzas vitales, en la India; o por la equidad o isonomía entre las sustancias que integran la materia, en Grecia.
Para Remedios Varo, dos seres distintos que se contemplan, dos símbolos que forman uno, la integración de dos realidades distintas en la unidad, es el tema que encontramos en toda la vida y obra de esta pintora.
Ante un mundo en guerra en 1914, ante el conservadurismo de las clases asentadas que se acomodan con la insensibilidad de los problemas de los otros, ante lo políticamente correcto que no significa lo justo, nace con fuerza un movimiento arrollador, precursor tal vez, de otros mas tardíos como los hippies, rock, o el mayo del 68 francés. Es el nacimiento del surrealismo. Anteriormente el cubismo se había preocupado de distorsionar las formas haciéndolas cubos. En Alemania nace el expresionismo en el arte que trata de retorcer las conciencias psicológicamente. El arte abstracto da libertad a las formas y al color. El arte por el arte, tiene en el dadá ser objeto de la provocación. Pero es el surrealismo quien pretende la liberación del espíritu para soñar con una nueva sensibilidad en el mundo.
Esta pintora surrealista quiso decir al mundo con su pintura que existe una forma de encontrar la armonía en este mundo de contradicciones y difícil de entender, y que a pesar de que vemos un caos universal, existe una ley natural y es que dos polos opuestos se atraen y pueden unirse en un equilibrio de fuerzas y de paz.
Remedios Varo Uranga, una descendiente de D. Rodrigo de Varo, el aguilarense que construyó Las Descalzas, la joya del plateresco cordobés, ¿Quién iba a pensar que fue una de las creadoras del principal movimiento de vanguardia del siglo XX, el surrealismo?
¿Qué tiene que ver Aguilar de la Frontera en estos movimientos de vanguardia tan influyentes en nuestro mundo actual?
Hace ya veinticinco años por lo menos, nuestra tía María del Valle Baena, esposa que fue de nuestro tío, Rosauro Varo de Castro, con su habitual simpatía comentaba a la familia que había un abogado americano que estaba buscando a unos Varo, de Aguilar de la Frontera, para donarles una herencia importantísima de una Varo que había muerto en Méjico, riquísima, y que era pintora.
(*) Madera, agua, fuego, tierra y metal, en China, unidos por el yin yan en armonía.
Éter (vacío), viento, agua, fuego y tierra, en India, unidos por el equilibrio de fuerzas vitales.
Fuego, aire, agua, tierra, en Grecia, unidos en isonomía cuyo significado implica equilibrio, equidad, armonía y democracia.
Andando el tiempo otro descendiente de los Varo, Francisco Cabezas Calvo-Rubio, encontró un libro, “ Remedios Varo, en el centro del microcosmos”, que dio verisimilitud a lo que decía la tía Valle.
Remedios Varo sentía una especial predilección por sus antepasados de Aguilar de la Frontera, regidores de Aguilar. En su casa le gustaba hojear un manuscrito en el que se relataba la historia de la familia Varo. Este manuscrito que heredó de su padre, se perdió al estallar la guerra civil. La influencia de este libro se hace notar en su óleo “El Relojero o Revelación” cuyos personajes se encuentran vestidos de época dentro del reloj. La historia de Rodrigo de Varo y Antequera ejercía una especial fascinación sobre Remedios. Este libertino y converso después, fundó el Convento de las Carmelitas Descalzas en Aguilar de la Frontera, y Remedios, como heredera directa, podía entrar en el convento sin dote, cosa que le pasó por la cabeza en algún momento de ebullición ideológica. En el óleo “Hacia la Torre” se ve un convento del que sale Remedios con otras muchachas guiadas por la Madre Superiora. El guía masculino puede ser su antepasado D. Rodrigo de Varo, según su sobrina, autora del libro de su biografía. En otro cuento, Remedios Varo se transforma en la Beata Rodriga de Varo y de Antequera, recordando a su héroe familiar. Así, se pierden en el tiempo D. Rodrigo de Varo y Ruiz de Aguilar, D. Rodrigo de Varo y Carmona, D. Rodrigo de Varo y Antequera, D. Rodrigo de Varo y Fernández de Toro, D. Rodrigo de Varo y Varona, D. Rodrigo de Varo y Núñez de Prado, D. Juan Varo, D. Rodrigo de Varo y López Cerezo, D. Luís de Varo y Crespo de León, y, D. Rodrigo Varo y Zejalvo, su padre. Por lo tanto pertenece a la rama de los Varo que se une a los Barahona de Soto (Varona), de Cabra, en el siglo XXVII, hasta el punto que su padre y su abuelo son de Cabra. Esta predilección de Remedios por sus antepasados de Aguilar tiene mucho que ver con su propia personalidad.
En nuestra familia, el carácter de los Varo, siempre ha sido tema de conversación para los que no somos Varo de sangre, sino consortes. Por ello, cuando leía el libro de Remedios Varo y sus cosas, estaba reconociendo a un carácter Varo que me es muy familiar. Por eso, cuando Remedios Varo estudiaba en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, en 1924, con profesores de la talla de Julio Romero de Torres y Garnelo entre otros, y un tal Dalí, con pulsera en el tobillo y estrafalariamente vestido, tocaba la ocarina en el patio, todas las niñas se apiñaban alrededor de él, excepto Remedios, ella tenía demasiada personalidad para eso. Remedios decía que los cuadros de Dalí estaban mal de perspectiva y no simpatizaba con él a raíz desde una contestación impertinente que le dio Dalí. Nunca le gustaron las extravagancias de su compañero. Sin embargo siempre admiró a Picasso como pintor. Esta personalidad un tanto rebelde, de carácter idealista, bromista e irónica, salada, con mezcla de ternura , con mezcla de herejes y conversos, de divertidos y sombríos, capaces de la mayor generosidad y del mayor rencor, de grandes luchas internas, pero de porte frío y distante, muy capaces, perfeccionistas,… estamos hablando del carácter de los muchos de los Varo de mi familia. Y Remedios les tuvo predilección sobre sus otros orígenes. No podía ser de otra manera. Ella era una Varo.
El Gobierno de Méjico, se adueñó de toda la obra de Remedios como patrimonio nacional y aquí empieza la varomanía. Remedios Varo se convierte en Méjico en todo un referente del surrealismo, avalado por pertenecer al grupo creador del surrealismo de André Breton y ser la compañera de Benjamín Peret, con quién convivió en Méjico. En Méjico, Remedios Varo, Leonora Carrington y Frida Kahlo, son el referente del arte moderno del siglo XX.
Así, esta mujer que nace en 1908 en Anglés, Gerona, vive en Algeciras, Larache, y reside en Madrid, donde estudia Bellas Artes, viaja a París donde vive en varias ocasiones, se instala en Barcelona y vuelve a París y tras el estallido de la guerra sale para Méjico, viajando a Venezuela, pero regresando a Mejico hasta su muerte en 1963, se sintió siempre del origen de los Varo de Aguilar de la Frontera.
Una mujer adelantada a su tiempo, con personalidad fuerte, que no dejaba indiferente a nadie, que sobresalía en la escuela como dibujante, que no dejaba impasibles a los hombres en su bohemia de París, que anhelaba la paz como nadie, que no se vendía a ningún postor, que siempre fue ella, menuda, frágil, apenas con 50 kilos, pero de una personalidad arrolladora, con la ternura de cuidar a sus muchos gatos, e incluso alimentar a escondidas con queso a los ratones que otros envenenaban, rebelde, liberal, y consciente de que existe una ley natural de los contrarios. Solo así, he podido empezar a comprender el arte moderno de hoy con su corriente surrealista: El mundo podemos empezar a entenderlo si creemos y entendemos que del caos puede surgir la armonía china, el equilibrio de fuerzas vitales india, el equilibrio griego. Así hay mucha gente que ante lo incomprensible del mundo y de los hombres, podrá llegar a tener esperanza. Así nos lo expresan muchos artistas a los que decimos no entender.
Esa es Remedios Varo. No ha sido reconocida todavía en España, pero lo será. Es una pintora de la talla de los grandes. Compañera de Miró, en París, de Dalí en Madrid, perteneciente al grupo creador del surrealismo de André Breton, esposa o amante de Benjamín Péret, felina en busca de la paz huyendo de dos guerras hasta recalar en Méjico en busca de una vida tranquila donde pueda al fin decir al mundo con su pintura perfecta, yin, y con su expresión surrealista, yan, que existe una armonía y una paz. Dos realidades distintas, pueden unirse en una sola unidad, que nos dará el equilibrio. Y eso es una gran esperanza para muchos hombres.
Aguilar debe dar reconocimiento a quién siempre alardeó de su origen aguilarense a través de su apellido Varo. Nació Varo, se sintió Varo, y ejerció con nuestro carácter Varo. Y fue muy grande. De las más grandes de la pintura del siglo XX. Ahora me viene a la memoria aquella frase castellana de “Dios, que buen vasallo, si tuviera un buen señor”. Pues a nuestro Ayuntamiento le corresponde ser el señor que hará que Remedios Varo empiece a ser en España, un buen vasallo. Una gran pintora. El Gobierno de Méjico, lo sabe y se apoderó de toda su obra.
NOTA: Libro: Remedios Varo en el centro del microcosmos. De Beatriz Varo, editorial Fondo de Cultura Económica-
Internet: Cientos de miles de referencias, con Remedios Varo.