¿Quién ha dicho ole?...
No se tú. Pero yo me he cansado ya de resultar ser un cero a la izquierda en la cocina. Así que te propongo que me sigas. A partir de ahora, si tenemos que hablar de recetas en una reunión con las mujeres, hablaremos. Si tenemos que ir a la compra, iremos. Si tenemos que coger los mandos de la casa, lo haremos.
Para que no se nos indigeste la voluntad, dejaremos la plancha a un lado, por el momento. También y por el momento, dejaremos la limpieza. Lo demás, todo.
Vamos a empezar por la cocina. Y para...sorprender...con los postres.
Tal vez yo no sea El Pastelero de Madrigal. Tal vez sea...el mismísimo Rey Don Sebastián...ejem. Pero dejémoslo también...por el momento.
Mi perfil...hombre maduro...maduro. Con cuatro hijos...casi salidos ya de madre, aunque no del todo. Felízmente casado desde la tira de años. Y como todos...soy un hombre en busca de cosas todavía, que se me resisten en la vida. Pero tengo una cosa clara y es que los días que tenga por delante quiero endulzar la vida de los demás. Endulzar es en sentido figurado. Lo que quiero es que cuando me vaya no deje aquí ningún enemigo. Pero vamos al lio.
Petisú de primera (Se entiende primera calidad)
1/2 litro de leche entera
200 gramos de mantequilla sin sal
350 gramos de harina de trigo
12 huevos enteros (sobre 600 gramos)
En un cazo se pone la leche con la mantequilla y se pone todo ello al fuego. Con una espátula de madera se mueve para ayudar a derretir la mantequilla. Cuando se inicie la ebullición echar la harina tamizada y con la espátula se hará un fuerte trabajo sin quitarlo de la hornilla hasta que todo esté bien mezclado.
Se retira de la hornilla y se van añadiendo los huevos de dos en dos. Se trabaja bien con la espátula quedando una masa blanda pero consistente.
Se echa la masa en una manga y se deposita en una lata de horno o bien un punto grueso o bien una línea larga, teniendo en cuenta que ello será un tercio de lo que luego será el pastel una vez crecido. Por consiguiente hay que separar bastante para que no se peguen unos a otrso. Seguidamente se cuecen al horno bastante fuerte hasta que estén hechos y cocidos. Para ello teneis que ir vigilando, normalmente se necesitan de 12 a 15 minutos hasta que cojan un color clarito.
Crema de primera para relleno.
12 yemas de huevo
300 gramos de azúcar
100 gramos de harina floja de trigo
Un litro de leche entera.
En un cazo se ponen las yemas y el azúcar y se mezcla con la espátula de madera. El fuego es muy flojo para que el huevo no se haga tortilla. Después se agrega la harina cernida y se mezcla todo muy bien con la espátula. Cuando todo esté bien mezclado se echará la leche que estará cocida y caliente. Se irá echando poco a poco y removiendo bien. Cuando esté toda, se pone a fuego regular y con la espátula se va cuajando hasta que tenga la densidad conveniente. No se debe dejar hervir apretando la espátula al fondo para que no se agarre. Esta crema no tiene esencia. No hace falta. Si se quiere puede cocerse la leche con una corteza de limón. Cuando enfríe la crema adquirirá mas consistencia.
Ya solo queda partir los pasteles por la mitad y rellenar con crema. Espolvorear de azúcar por encima. O con chocolate, o con fondant...lo que querais. Después me decís.
No se tú. Pero yo me he cansado ya de resultar ser un cero a la izquierda en la cocina. Así que te propongo que me sigas. A partir de ahora, si tenemos que hablar de recetas en una reunión con las mujeres, hablaremos. Si tenemos que ir a la compra, iremos. Si tenemos que coger los mandos de la casa, lo haremos.
Para que no se nos indigeste la voluntad, dejaremos la plancha a un lado, por el momento. También y por el momento, dejaremos la limpieza. Lo demás, todo.
Vamos a empezar por la cocina. Y para...sorprender...con los postres.
Tal vez yo no sea El Pastelero de Madrigal. Tal vez sea...el mismísimo Rey Don Sebastián...ejem. Pero dejémoslo también...por el momento.
Mi perfil...hombre maduro...maduro. Con cuatro hijos...casi salidos ya de madre, aunque no del todo. Felízmente casado desde la tira de años. Y como todos...soy un hombre en busca de cosas todavía, que se me resisten en la vida. Pero tengo una cosa clara y es que los días que tenga por delante quiero endulzar la vida de los demás. Endulzar es en sentido figurado. Lo que quiero es que cuando me vaya no deje aquí ningún enemigo. Pero vamos al lio.
Petisú de primera (Se entiende primera calidad)
1/2 litro de leche entera
200 gramos de mantequilla sin sal
350 gramos de harina de trigo
12 huevos enteros (sobre 600 gramos)
En un cazo se pone la leche con la mantequilla y se pone todo ello al fuego. Con una espátula de madera se mueve para ayudar a derretir la mantequilla. Cuando se inicie la ebullición echar la harina tamizada y con la espátula se hará un fuerte trabajo sin quitarlo de la hornilla hasta que todo esté bien mezclado.
Se retira de la hornilla y se van añadiendo los huevos de dos en dos. Se trabaja bien con la espátula quedando una masa blanda pero consistente.
Se echa la masa en una manga y se deposita en una lata de horno o bien un punto grueso o bien una línea larga, teniendo en cuenta que ello será un tercio de lo que luego será el pastel una vez crecido. Por consiguiente hay que separar bastante para que no se peguen unos a otrso. Seguidamente se cuecen al horno bastante fuerte hasta que estén hechos y cocidos. Para ello teneis que ir vigilando, normalmente se necesitan de 12 a 15 minutos hasta que cojan un color clarito.
Crema de primera para relleno.
12 yemas de huevo
300 gramos de azúcar
100 gramos de harina floja de trigo
Un litro de leche entera.
En un cazo se ponen las yemas y el azúcar y se mezcla con la espátula de madera. El fuego es muy flojo para que el huevo no se haga tortilla. Después se agrega la harina cernida y se mezcla todo muy bien con la espátula. Cuando todo esté bien mezclado se echará la leche que estará cocida y caliente. Se irá echando poco a poco y removiendo bien. Cuando esté toda, se pone a fuego regular y con la espátula se va cuajando hasta que tenga la densidad conveniente. No se debe dejar hervir apretando la espátula al fondo para que no se agarre. Esta crema no tiene esencia. No hace falta. Si se quiere puede cocerse la leche con una corteza de limón. Cuando enfríe la crema adquirirá mas consistencia.
Ya solo queda partir los pasteles por la mitad y rellenar con crema. Espolvorear de azúcar por encima. O con chocolate, o con fondant...lo que querais. Después me decís.
1 comentario:
Es una fórmula exquisita.
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