jueves, 8 de agosto de 2013

De Candeleda, origen de su nombre y algunas pinceladas

Tan poco dado he sido a los “aleluyas” que, francamente, siempre me molestaron los que hablan de que lo mío es lo mejor… Así iba yo pensando una de estas mañanas veraniegas, mientras gozaba de un paseo por las frescas y umbrías calles de mi pueblo. Pero no encontraba en toda la geografía española, pueblo como mi pueblo. Limpio, alegre, lleno de vida, paraíso de niños y mayores por tener desterrada la circulación de vehículos… Y seguía cavilando mientras saludaba con mucho cariño a unos y a otros. La cruel arruga en algunos, delataba al tiempo fugaz, pero, ¡Ay corazón candeledano¡… ¡Cómo sobrevives al paso del tiempo¡ Las calles limpias y alegres son las arterias donde fluye la vida y la alegría. Llena de macetas y flores, como la Córdoba cristiana, judía y mora, Candeleda se erige un monumento a la sencillez, porque las viejas casas y calles de sus sencillas gentes, no pueden estar mejor ni más bonitas. Calle de La Corredera, calle del Pozo, Calzailla… todas. Que me perdone el lector pero concluyo mi paseo convencido de que mi pueblo es el mejor. ¿Y para usted cuál es?

Si no fuera por las posibilidades que nos da Internet, a los vejestorios como yo, que a ciertas edades nos da por leer historia y aprender lo que antes no aprendimos, no sería posible hacer hallazgos con los que nos deleitamos y gozamos, Y así, continuamos conociendo mejor nuestras cosas y se nos acentúan las ganas de seguir aprendiendo.

Amparo Ricós Vidal, de la Universidad de Valencia, tiene un estudio titulado “Estudio Léxico-Semántico del nombre de los caminos en el Libro de la Montería” que recoge las Actas del IV Congreso de Caminería Hispánica, Tomo III, págs. 1199 – 1.220.

Situado el “Libro de la Montería de Alfonso XI” en el siglo XIV, tal vez sea éste libro uno de los primeros textos en el que se recogen nombres de lugares del Reino de Castilla. El libro tiene un indudable interés científico y documental para conocer mapas medievales, pero tiene también una importancia filológica al analizar los nombres de los lugares y topónimos, ya que con frecuencia se utilizaban nombres descriptivos para llamar a un lugar. Así los caminos son descritos con apelativos que designan a las vías de comunicación. Hay palabras que nos suenan mucho en Candeleda referidas sobre todo a los accidentes geográficos de las montañas tales como, puerto, portilla, portizuela, collado, rebentón, calzadilla, robredillo (no robledillo), contadero, cañaliega, robledal… O palabras para describir lugares donde abundan animales como, aguilar, colmenar, galapagar; o plantas como, linares, mesegar, palancar, quexigar, quintanar, retamar, o añadiendo sufijos como carrizosa, morales, ordiales, perales, etc, o también cardoso, carrizosa, finojosa, etc.

Pero lo que más nos interesa a los candeledanos es el uso del –edo/-eda que aparece frecuentemente en la formación de derivados de las plantas, tales como y cito textualmente, aliseda, candeleda, ciroleda, fresneda, peraleda, rebredo/rebredillo, tejeda/tejedillo…

Ya solo nos faltaba saber que la candela es la flor del castaño y de la encina. Y lo más probable es que el lugar de nuestro pueblo se distinguiera por ser un lugar de castaños (Los Castañuelos) más que de encinas. Las encinas estarían poblando los lugares de la otra parte del río Tiétar.

Según el diccionario DCECH, Candeleda: Derivado de candela, “flor de la encina y del alcornoque, en Salamanca”, “flor del castaño”. Según el diccionario de DCECH, es derivado regresivo de candelilla.

Candeleda, candeleilla, rebentón, calzailla, tejea, portichuela, … hay que leer el Libro de la Montería de Alfonso XI porque los candeledanos encontramos nombres muy familiares.

El libro sigue describiendo los caminos medievales de entonces y al igual que hoy decimos, de la chopera del Paloma a la toma de agua potable, o de la alameda de Mari Nieves a Chilla, entonces se decía, de la candeleda a Chilla. Así son descritos los caminos:

- desde el camjno que viene del çerro para *Lagunjlla (VIII, 70)

- por el camjno que va de la *Candeleda fasta Sancta Maria de Chienlla (IX, 72)

- por el camjno que va de la *Candeleda a Val Verde (IX, 72)

- fasta la Carrera de la *Candeleda (IX, 72)

- en el Camjno de la *Candeleda (IX, 72)

- por el camjno que va de la *Candeleda a Las del Llano (IX, 72)

- en el camjno de la cañada (IX, 73)

- en el camjno de en çima que ua de Las del Llano a la *Candeleda (IX, 73)

- en el camjno que ua de Las del Llano a Naual Toro (IX, 73)

- en el camjno que viene de Rama Castañas a Las del Llano (IX, 73)

Bueno, por fin me he enterado de dónde viene el nombre de nuestra querida Candeleda. Había oído “Canes de Leda”, “Condes de Leda”, “Canda Vera”, “Candaleda, de cándalo, pino”, o como dice Tejero Robledo para explicar el topónimo, hay que atribuirlo al término prerromano “kando” que es la base etimológica de “candenal” (asturiano-galego) y “cando” (galego) que significa <> y de la misma forma del castellano “cándalo” que es <>… pero creo que todo esto tiene poco que ver con “ La Candeleda “. Qué simple y qué bonito es saber que nuestro pueblo tiene el nombre de la flor del castaño. Ya cuando alguien me pregunta que de dónde soy y le respondo que de Candeleda, y me vuelve a preguntar, ¿de Candelera?, tal vez por la aproximación de candelero, esta pregunta es muy corriente, pero ahora les digo: No, de ¡Candeleda, la flor del castaño¡ ¡No seas ignorante¡

Y presumo del nombre de mi pueblo. Es el de una flor.

Algo parecido nos pasa con Chilla. Decía un obispo de Ávila, D. Felipe Fernández, que el nombre le viene de la misma blancura de las nieves perennes del Macizo de Gredos, que tiene por hastial norte. El hastial en las iglesias es cada una de las tres fachadas que corresponden a los pies y laterales del crucero. Y en las casas, el hastial es la parte superior triangular de la fachada donde descansan las dos vertientes del tejado. Pues bien, hay que pensar en el cuadro donde el caminante que sube a Chilla en novenario, divisa la ermita enmarcada en el portentoso hastial blanco por las nieves, a modo de Catedral del Macizo de Gredos. El nombre de Chilla no es más que una derivación popular del griego Xiela, Chiela, Chilla, que significa blancura.

Por lo tanto Chilla es “la xiela perenne del hastial norte de Gredos”, que es algo así como decir que es la blancura perenne de nuestra sierra y por extensión, lo más puro de nuestra sierra.

Los tiempos modernos, empiezan a darnos pistas de que nuestro pueblo era más importante en la antigüedad que en la modernidad.

Los historiadores empiezan a preguntarse que el famoso “Monte de Venus” de los griegos, descrito por los historiadores griegos que contaban las gestas épicas de sus héroes, y a donde se retiró Viriato (Mons Veneris, otros hacen referencia a monte de veneros de aguas) varias veces después de sus batallas contra los romanos, no era otro que nuestro Almanzor. Dependiendo del lugar de nacimiento de los opinantes, al Monte de Venus le han situado en la Sierra de San Vicente, en Portugal, en zonas extremeñas. Pero hasta ahora no había aparecido el castro de El Raso con su majestuosa muralla y su ubicación tremenda. Esta joya de la antigüedad de los pueblos primitivos ibéricos, nos da la pista de la importancia de Candeleda en la antigüedad, que si bien su nombre actual procede de la edad media con raíces prerromanas, sus hallazgos arqueológicos nos sitúan entre los lugares poblados en España con mayor antigüedad. Hasta empiezo a reivindicar para nuestro Almanzor el famoso nombre de Monte de Venus, o Mons Veneris haciendo referencia a nuestro lugar de veneros de agua. Esto de los veneros de agua es muy candeledano ¿no?. Pero lo dejo a los historiadores, no sin antes remarcar a todos la importancia de nuestra zona como capital de pueblos primitivos ibéricos.

Y antes de que existiese España. ¿Qué era Candeleda?

Pues era un Estado. El Estado de Candeleda que comprendía un territorio que llegaba hasta la zona de los Ibores, mas allá de Navalmoral con los lugares de Bahonal, Berrocalejo, El Gordo, Puebla de Naciados, Talavera la Vieja que fue inundada por el pantano y Valdeverdeja. Fue uno de los 16 señoríos que había en Avila y además… estado. Estado con capacidad de administrar justicia y con cientos de referencias a ello como por ejemplo la orden de los Reyes Católicos a las justicias de la villa de Candeleda y a los tesoreros de la Cruzada del arzobispo de Toledo que a instancias de Antón de Alarcón, hermano del difunto Pedro de Alarcón, se cumpliera la ley dictada en las Cortes de Madrigal relativa a los bienes de un finado que sin testamento en vida irían a las órdenes religiosas para el rescate de cautivos. ¿ Pero sabéis lo que darían pueblos importantísimos actuales, por tener una historia medieval en la que hubieran sido estados ?

No se por qué nunca hemos dado demasiada importancia a la historia de nuestro pueblo cuando en realidad la tiene y mucha. Yo animo desde aquí al Ayuntamiento, que se ocupe y preocupe de una investigación para ser publicada, que vaya dirigida a obtener apuntes para ser recogidos en una “Historia de Candeleda”, como ya ha iniciado Jesús Rivera. Animo al rastreo de referencias históricas, porque las hay. Esto puede dar mucho de sí.

Otro hallazgo más personal. Siempre me sorprendió encontrar mi apellido Monforte, tan extendido en Candeleda, en los pueblos de la Vera. Incluso conocí a gentes con unas características morfológicas que yo conocía perfectamente porque son las de mi familia. También ha sido Internet el culpable del rastreo hasta encontrar un inicio de un origen. El apellido tiene su asentamiento en Pasarón de la Vera procedente de Francia y parece que puede tener que ver con el asentamiento de los cincuenta que vinieron en la corte de Carlos V a la zona de la Vera. Efectivamente venían dos Monfort en la guardia personal del Rey y que se habían iniciado como pajes suyos. Uno de ellos pertenecía a la familia del Presidente de las Cortes de Borgoña, el otro llamado el italiano, de la rama Montfort francesa. El Rey se retiró a los aledaños de Yuste, donde tal vez encontró una paz deseada. Y así se tiene constancia ya, de un natural de Pasarón, nacido en el lugar, en 1550. Un poco más tarde, también en el siglo XVI, se tiene constancia en los libros de bautismo de Candeleda del primer “Monfor”. Luego los Monfortes de Candeleda y de la Vera, tenemos aquí una explicación del porqué de la existencia del apellido en la zona.

Por último. Siempre me pareció que en Candeleda hablábamos muy mal, con palabras que no son del uso común y construcciones muy raras. Hasta que leí el “Guzmán de Alfarache”, “La Lozana Andaluza” o el mismísimo “Don Quijote de la Mancha”. En Candeleda en absoluto se hablaba mal, sino que mantenía vivo un lenguaje antiguo con palabras muy, pero que muy antiguas, con el significado de siglos y siglos. Hasta el término ese de “no me vaga”, que actualmente solo se dice en nuestra zona, es una expresión de la edad media que viene recogida en el Quijote. A partir de ahora, ya digo a los eruditos, que si quieren aprender castellano viejo que se den “priesa” y vengan a mi pueblo. Hemos mantenido vivo un lenguaje muy, pero que muy rancio.

Apenas contaba once años cuando salí de Candeleda por vez primera a estudiar a Madrid. Desde entonces volvía a casa solo en vacaciones. Recuerdo que al divisar las primeras casas desde la Vuelta del Esparragal o desde la curva del Centro, un escalofrío de emoción me recorría mi cuerpo. Hoy, ya en edad provecta, cuento con sesenta y dos años, sigo volviendo a casa solo en vacaciones. Pero el mismo escalofrío de emoción recorre mi cuerpo al divisar las primeras casas de mi pueblo. Me espera mi madre, mis hermanos, mis sobrinos, mis tíos, mis primos, la memoria de mis ancestros… pero también mis vecinos de toda la Calzailla, mis quintos, y todo el pueblo. Y también mi pandilla de amigos desde que tengo uso de razón y que en Candeleda los distinguimos, no como amigos, sino como un grado algo superior en familiaridad. Carlos, Jaime, Angel, Justo, Miguel Angel, Jose, Luís, Josemari (Actual Alcalde), y la memoria de Castor y Tito que nos dejaron y cuyo recuerdo ondea al viento en el Almanzor. ¡Cómo no me voy a estremecer!

Candeleda, flor, estado, hidalguía y universidad de la lengua. Recuerdo un antiguo slogan cuando apareció tímidamente la propaganda turística que decía: ¡ Yo de Candeleda ¡ ¿ y usted ? Nos gusta, nuestro pueblo, esa es una característica candeledana, pero también es la generosidad otra de nuestras características que más nos distinguen y por eso decimos que para ser candeledano, no es necesario haber nacido aquí, solo basta con querer serlo. ¡ Qué grandeza la de mi pueblo y mis gentes ¡