Que en política no se vota nunca la verdad, es un hecho. Nunca un político se aventura a decir toda la verdad.
Hemos visto desde siempre que en un municipio, cuyo presupuesto anual es de 6.000.000 de euros, de los cuales quedan para inversiones 300.000 euros anuales, prometen que van a construir por valor de 30.000.000 euros en una legislatura de cinco años. Y se quedan tan tranquilos. Este insulto a la inteligencia se convierte en falta de respeto hacia los votantes cuando lo hacen todos los que piden tu voto, uno detrás de otro, y además, respaldados por sus partidos políticos.
La mentira se instala en la política y no conozco ningún político que se presente ante sus electores con un programa que les diga la verdad de una situación con muy pocas posibilidades. Este político no ganaría nunca, a pesar de ser un político honesto.
Pero las calles empiezan a oler a azahar y el tiempo empieza a ofrecer un calor restaurador para el cuerpo, recién salido del invierno.
Ya sabeis. En política no se vota a la verdad.
Hemos visto desde siempre que en un municipio, cuyo presupuesto anual es de 6.000.000 de euros, de los cuales quedan para inversiones 300.000 euros anuales, prometen que van a construir por valor de 30.000.000 euros en una legislatura de cinco años. Y se quedan tan tranquilos. Este insulto a la inteligencia se convierte en falta de respeto hacia los votantes cuando lo hacen todos los que piden tu voto, uno detrás de otro, y además, respaldados por sus partidos políticos.
La mentira se instala en la política y no conozco ningún político que se presente ante sus electores con un programa que les diga la verdad de una situación con muy pocas posibilidades. Este político no ganaría nunca, a pesar de ser un político honesto.
Pero las calles empiezan a oler a azahar y el tiempo empieza a ofrecer un calor restaurador para el cuerpo, recién salido del invierno.
Ya sabeis. En política no se vota a la verdad.